
Pero yo sigo aquí sentada con la esperanza de que algo nuevo me pueda suceder, sigo esperando a que algo pase pero lo único que veo pasar es mi vida, llevo horas perdidas de mi tiempo tan solo soñando en lo que pudo o en lo que podría ser.
Justo cuando estaba en darme por vencida, el teléfono sonó.
-¿Bueno?-Contesté.
-¿Elen?
-Si, ¿Quién habla?
-Soy yo, Andrés ¿Me recuerdas?
"Como olvidar a quien pudo darme mis mas hermosos y felices días, pero también los mas amargos..."
-¿Has estado bien?-Preguntó con voz nerviosa.-Algo mas que bien ¿y tu?
-Bien, supongo...- Guardó un silencio absurdo pero que no duró mucho tiempo -¿Crees que algún día puedas perdonarme?
-Me alegra que estés bien, pero ¿perdonarte de que?- Le pregunté -Ya no te preocupes, no tienes que seguir llamando, puedes continuar con tu camino, no necesito que llames mas, estoy bien, puedes irte, mi corazón ya no te necesita, mi cuerpo no requiere de tu calor, mis oídos ya se cansaron de la melodía de tu voz, mis ojos ya no quieren mirarte y mucho menos llorarte, tu ausencia se encargó de hacer el trabajo que tu presencia no pudo realizar "Enseñarme a olvidarte". No hay nada que perdonar, hace tiempo que te eh dejado en libertad...
No dejé que respondiera y colgué el teléfono.

Ahora estoy seca y vacía como aquellos árboles en otoño y aunque todavía no llega el invierno se que estaré preparada para cuando el momento llegue, aguantaré este frío en mi corazón y estaré lista para cuando la primavera llegue y entonces yo, podré renacer de nuevo.
Pero mientras tanto éste café se ha puesto demasiado frío, lo tiraré y me haré uno nuevo, lo endulzaré para hacer feliz a mi alma y disfrutaré de este hermoso momento de soledad junto a mi ventana, en este mes de Noviembre, viendo las hojas de los árboles caer.
Tal vez su recuerdo me acompañe por un tiempo, pero no importa, lo soportaré... ♥